La SIP en Madrid

He estado en varios actos de la Sociedad Interamericana de Prensa, que ha celebrado su 64ª Asamblea en Madrid.

El domingo estuve en el panel sobre transparencia informativa y derecho al acceso. Muy interesante el informe presentado por Helen Darbishire, brillante como siempre. El debate no reveló nada importante, pero esta tarde me encuentro que Zapatero promete que la legislación española sobre transparencia y derecho al acceso será una realidad. Está por ver, aunque la prensa ya lo recoge.

El lunes estuve en la sesión “Formación de nuevos profesionales adaptados a las nuevas tecnologías”. Confieso: no me gustó mucho, porque no hubo debate, ni preguntas, ni respuestas y porque apenas interactuaron entre los ponentes. El moderador, Raúl Kraiselburd de El Día sufrió la incomodidad de estar en la misma sala que luego debía reunir al plenario… De ahí las prisas.

Otras notas:

Alicia Casermeiro (Instituto de Periodismo, Universidad Católica Argentina, Buenos Aires): presentó la iniciativa del Consejo Latinoamericano de Acreditación de la Educación en Periodismo (CLAEP), auspiciado como evaluador externo de las titulaciones de Periodismo y Comunicación. Es un organismo autónomo, que mezcla los intereses de la industria y la academia.

Ramón Salaverría (profesor de Periodismo de la UNAV): 100 años de los estudios de Periodismo en la Universidad de Columbia. Los problemas ante el proceso de Bolonia. Las tres brechas: entre los ciudadanos, entre los periodistas en la redacción y entre los profesores.

Joaquín Estefanía (Máster de Periodismo de El País): la mentalidad digital se impone en el máster ¿? Los periodistas digitales ganan menos dinero. Carecen de un modelo claro, de un periodista de referencia. El master habilita.

Amancio Fernández (Máster de Periodismo de ABC): el síndrome del periodista desconcertado. Hay que habituarse a los nuevos tiempos. Falta de preparación de los licenciados. Diferencia entre tecnología y su empleo para el periodista.

La SIP ha sido una buena experiencia, pero no entiendo la manía que tienen la industria y la academia de no hablarse... Apenas vi gente de la universidad ni redactores de calle... Así, hay poca conversación posible.