Prensa gratuita y democracia
Me comenta una amiga que en verano aparecerá un nuevo diario gratuito en Madrid. Su contenido es previsible: rosa, rosa y rosa.
Por un lado, felicito tal proyecto porque significa más empleo para los periodistas de mi generación. En teoría, cuantas más voces haya, más libertad de elección tendremos. Incluso podremos decidir no leerlo.
Pero, por otro, lamento que la proliferación de este tipo de publicaciones esté cayendo en los mismos vicios que la televisión y los periódicos generalistas. Más información soft y menos análisis o rigor. No quiero ni imaginar las condiciones laborales de los profesionales, pero las puedo suponer.
A riesgo de ser tremendista, comparto buena parte de las hipótesis de Thomas E. Patterson, del Joan Shorenstein Center on the Press, Politics and Public Policy de Harvard. Sin una información completa, la democracia tiembla.
Por un lado, felicito tal proyecto porque significa más empleo para los periodistas de mi generación. En teoría, cuantas más voces haya, más libertad de elección tendremos. Incluso podremos decidir no leerlo.
Pero, por otro, lamento que la proliferación de este tipo de publicaciones esté cayendo en los mismos vicios que la televisión y los periódicos generalistas. Más información soft y menos análisis o rigor. No quiero ni imaginar las condiciones laborales de los profesionales, pero las puedo suponer.
A riesgo de ser tremendista, comparto buena parte de las hipótesis de Thomas E. Patterson, del Joan Shorenstein Center on the Press, Politics and Public Policy de Harvard. Sin una información completa, la democracia tiembla.
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