¿Alguien se ha dado cuenta que la industria musical ha cambiado?
He vuelto a leer el artículo de Ignacio Escolar "Por favor, ¡pirateen mis canciones!".
Cada vez me parece más acertado. La publicidad corporativa de la SGAE, las discográficas y otras partes interesadas no deben ponernos un velo ante los ojos. La industria de la música está cambiando a un ritmo trepidante.
Por un lado, la tecnología que permite que los archivos sean compartidos. Las redes de pares son el espacio natural de desarrollo y convivencia entre las personas en edad infantil. ¿Por qué no va pasar lo mismo en la edad adulta? Quienes comparten una pasión hacen lo posible para reunirse de aficionados a lo mismo. Eso no lo va a parar nadie. Que se vayan haciendo a la idea.
Por otro, creo que más valdría defendernos de las estrellas creadas, impulsadas y devoradas por la TV. ¿Cuántas horas de publicidad inmerecida reciben cada semana? No comprendo como los autores permiten que se lucren con la interpretación de sus canciones. ¿Sólo yo entiendo que están abusando del concepto de derechos de autor? ¿No preferirían una gala en TV antes que una miseria mensual?
Se me ocurre la hipótesis de la destrucción creativa. El modelo se ha transformado de tal manera que sostener los cánones (nunca mejor dicho) del sistema del fonógrafo en la era de las redes P2P y el pirateo en la calle me parece errónea.
Si esas las nuevas reglas del juego, adaptemos los derechos de autor a esta nueva era... porque, ojo, que defiendo los derechos del autor, no de los editores, libreros e impresores como en la era de Gutemberg.
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