Sobre el talento y las empresas de comunicación
El talento en las organizaciones es una fuente continua de discusión. ¿Por qué? Porque son las personas quienes sacan adelante el trabajo, la misión de la empresa, y quienes hacen realidad los sueños de los accionistas, la visión.
Existen tres puntos fundamentales para comprender cómo se gestiona el talento. Son los siguientes:
1.- Recursos humanos. Las personas son y las personas hacen. No hay secretos posibles. En el caso de la industria de la comunicación, hemos visto cómo los periodistas han ganado en número de funciones en la línea de producción. El periodista-orquesta escribe, fotografía y edita los textos sin mayor problema. Más funciones y menos personas no suele ser una apuesta segura.
2.- Recursos económicos. El dinero no hace milagros, pero los facilita. ¿Cuánto dinero estamos dispuestos a invertir para conseguir un determinado objetivo de la organización? Los periodistas mal pagados y los profesionales sin expectativas tienen la cabeza en otro sitio y no dan el 100% a la empresa que les paga. Sí, el salario es importante porque es la verdad verdadera: “me importas y no quiero que te vayas, así que te pago un salario adecuado a tu formación, esfuerzo y resultados”. El salario puede ser fijo o variable, a la pieza.
3.- Talento. ¿Tiene nuestra organización las personas adecuadas para sacar adelante el trabajo? En el periodismo digital, hemos visto numerosas cabeceras intentando participar en un proceso que les es ajeno. Porque la revolución digital está liderada por personas acostumbradas a pensar en digital. Como dice el viejo dicho: “es nueva tecnología para quienes no han empleado una herramienta desde su nacimiento”. ¿Quién lidera la redacción digital?
Existen tres puntos fundamentales para comprender cómo se gestiona el talento. Son los siguientes:
1.- Recursos humanos. Las personas son y las personas hacen. No hay secretos posibles. En el caso de la industria de la comunicación, hemos visto cómo los periodistas han ganado en número de funciones en la línea de producción. El periodista-orquesta escribe, fotografía y edita los textos sin mayor problema. Más funciones y menos personas no suele ser una apuesta segura.
2.- Recursos económicos. El dinero no hace milagros, pero los facilita. ¿Cuánto dinero estamos dispuestos a invertir para conseguir un determinado objetivo de la organización? Los periodistas mal pagados y los profesionales sin expectativas tienen la cabeza en otro sitio y no dan el 100% a la empresa que les paga. Sí, el salario es importante porque es la verdad verdadera: “me importas y no quiero que te vayas, así que te pago un salario adecuado a tu formación, esfuerzo y resultados”. El salario puede ser fijo o variable, a la pieza.
3.- Talento. ¿Tiene nuestra organización las personas adecuadas para sacar adelante el trabajo? En el periodismo digital, hemos visto numerosas cabeceras intentando participar en un proceso que les es ajeno. Porque la revolución digital está liderada por personas acostumbradas a pensar en digital. Como dice el viejo dicho: “es nueva tecnología para quienes no han empleado una herramienta desde su nacimiento”. ¿Quién lidera la redacción digital?