Estoy dispuesto a oír tu dolor y tu indignación
Durante la estancia en Granada con motivo de FISEC, escuché atentamente la ponencia que defendía el encuentro comunicativo entre victimas y victimarios como terapia restauradora en el contexto de la violencia del conflicto armado colombiano. Creí que era una elucubración teórica, pero resulta que El País publicó el sábado una nota sobre algo parecido que se está realizando en Irlanda.
La experiencia ha resultado positiva para Jo Berry, víctima, y Pat Magee, victimario. Ella asegura que comenzó a "comprender por qué se había matado a mi padre, y encontré que en Irlanda del Norte la gente tenía mucho deseo de oír mi historia, y en Inglaterra no tenían interés".
La primera cita duró tres horas. Muchas para alguien que escucha al asesino de su padre. Él no pide perdón, sino comprensión. No me gusta. Me recuerda tanto a otros asesinos... Sólo me gusta la idea de que "soy consciente de que mi humanidad ha descendido por haber destruido una vida humana"
La experiencia ha resultado positiva para Jo Berry, víctima, y Pat Magee, victimario. Ella asegura que comenzó a "comprender por qué se había matado a mi padre, y encontré que en Irlanda del Norte la gente tenía mucho deseo de oír mi historia, y en Inglaterra no tenían interés".
La primera cita duró tres horas. Muchas para alguien que escucha al asesino de su padre. Él no pide perdón, sino comprensión. No me gusta. Me recuerda tanto a otros asesinos... Sólo me gusta la idea de que "soy consciente de que mi humanidad ha descendido por haber destruido una vida humana"
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