Autoridad audiovisual y gobernanza
Leo en abc.es la disputa que existe en torno al Consejo Audiovisual de Andalucía. Es curiosos conocer que las instituciones públicas no estén exentas de manipulación (o al menos de intentos de manipulación).
Según el diario, el Reglamento de CAA había sido elaborado por los miembros del Consejo y remitido a la Consejería de Presidencia, que es quien parte el bacalao en Andalucía. Ésta le ha metido mano y ha introducido algunos cambios sin consultar a quienes lo habían redactado. El pleno tendrá que aprobar los cambios y pone de manifiesto que existe una vinculación directa real y visible entre los consejeros y los partidos que les nombran. Pues la teoría, ni la práctica, debe admitir tal comportamiento.
Pero, ¿esto es todo? Me temo que no. Sucede que Manuel Ángel Vázque Medel está haciendo más de lo que se esperaba y esto disgusta a más de uno. A todos. Si acepta el juego, declara su dependencia del partido (¡qué injusticia!) y, si no, le decapitan. Pues ni Damocles lo tendría peor.
Lo tengo claro y la nueva directiva de la Televisión sin Fronteras también. La nueva directiva aboga, directamente, por la obligación de crear una autoridad audiovisual independiente, encargada de otorgar licencias, velar por el cumplimiento de la legislación europea en la materia y sancionar cuando no se respete. El control sobre los medios de comunicación de titularidad pública es una condición fundamental para que sean considerados instrumentos de desarrollo al servicio de la sociedad. El control legitima en parte los sistemas públicos de radiodifusión en tanto que vigila que las emisiones se atengan al derecho y se verifica la gestión de los entes.
El resto (manipulaciones y demás) son patochadas de la clase política que no se ha enterado: ¡la televisión no les pertenece!
Según el diario, el Reglamento de CAA había sido elaborado por los miembros del Consejo y remitido a la Consejería de Presidencia, que es quien parte el bacalao en Andalucía. Ésta le ha metido mano y ha introducido algunos cambios sin consultar a quienes lo habían redactado. El pleno tendrá que aprobar los cambios y pone de manifiesto que existe una vinculación directa real y visible entre los consejeros y los partidos que les nombran. Pues la teoría, ni la práctica, debe admitir tal comportamiento.
Pero, ¿esto es todo? Me temo que no. Sucede que Manuel Ángel Vázque Medel está haciendo más de lo que se esperaba y esto disgusta a más de uno. A todos. Si acepta el juego, declara su dependencia del partido (¡qué injusticia!) y, si no, le decapitan. Pues ni Damocles lo tendría peor.
Lo tengo claro y la nueva directiva de la Televisión sin Fronteras también. La nueva directiva aboga, directamente, por la obligación de crear una autoridad audiovisual independiente, encargada de otorgar licencias, velar por el cumplimiento de la legislación europea en la materia y sancionar cuando no se respete. El control sobre los medios de comunicación de titularidad pública es una condición fundamental para que sean considerados instrumentos de desarrollo al servicio de la sociedad. El control legitima en parte los sistemas públicos de radiodifusión en tanto que vigila que las emisiones se atengan al derecho y se verifica la gestión de los entes.
El resto (manipulaciones y demás) son patochadas de la clase política que no se ha enterado: ¡la televisión no les pertenece!
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