martes, junio 16, 2009

Brand equity y empresas de comunicación

El brand equity consiste en el valor que una marca aporta a la organización. Puede ser negativo o positivo y es mensurable. Es un activo intangible e inmovilizado que se integra en la cadena de valor. Existen varias metodologías para medir el valor real, si bien las más conocidas son las de Aaker (y aquí su web académica) y la desarrollada por Interbrand.

Es un activo porque mejora los ingresos monetarios (los clientes son más fieles al producto/servicio), mejora el cash flow (menos gasto en la P de promoción) y mejora el rendimiento a largo plazo. La clave es sencilla: los clientes satisfechos y orgullosos son más rentables.

Las empresas de comunicación presentan algunas particularidades:

1) La competencia por precios no forma parte de la estrategia habitual

2) Bajo impacto negativo: porque no me guste un programa no dejo de ver otro

3) El acceso a otras marcas es fácil e instantáneo

4) El grado de atomización es enorme: cine, prensa escrita, móviles, espectáculos, videojuegos, redes sociales, internet, entre otros.

¿Cómo se puede aplicar esta idea a las empresas de comunicación?

Reconocimiento de marca. Los consumidores de medios de información son fieles a una marca, a una cabecera, porque existe una identificación con los contenidos, bien sea por la vinculación ideológica, política o de interés. En cambio, las empresas de ocio y entretenimiento tienen que invertir en este reconocimiento para estar dentro del catálogo de primeras opciones del consumidor. Son dos mercados distintos.

Disponibilidad. ¿Están los contenidos disponibles en todas las plataformas y ventanas? El consumidor quiere tus productos y está dispuesta a pagar. Pero no quiere problemas de pago, de incompatibilidades y otras excusas. Aquí es importante saber manejar los contenidos protegidos (de pago) y los abiertos (gratuitos). Si no está disponible, el ocio es sustituible. Igualmente para la una parte importante de la población, la información periodística es una commodity. Internet acentúa este fenómeno.

Estrategia 360 grados. Consumidores, proveedores de contenidos y medios tienen que estar online, offline, en móviles, en pago, en versión gratuita, en suscripción, en mercados locales, en mercados internacionales. El consumidor no entiende de límites geográficos.

Valor. ¿Qué aporta mi empresa de comunicación al consumidor? La objetividad de la información, la credibilidad de los periodistas, la reputación de la compañía, los valores, los personajes de ficción.

Emoción. La economía de la emoción valora el hecho de que el usuario pueda cortar, pegar, llevar consigo, enviar a un amigo, copiar, reelaborar. Los contenidos tienen que cumplir con esta conexión emocional. La participación en la creación de contenidos es una oportunidad para el desarrollo de la conexión emocional.

Identidad. La alineación entre contenidos, medios, plataformas y marcas. El consumidor tiene que conocer y reconocer los contenidos y saber qué espera de ellos. Puede ser creatividad, innovación, originalidad, statu quo, seriedad, puntualidad, informalidad. Todas son válidas. Una clave: la identidad de una empresa de comunicación pasa necesariamente por la política de recursos humanos. La redacción es el corazón del medio informativo.

Miopía del marketing. Las necesidades de ocio, información y entretenimiento siguen ahí fuera. Las empresas market driven tienen más posibilidades de sobrevivir que las empresas sales driven. ¿Cómo es la suya?

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